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Renuncia el rector. Batalla en el IPN

El rector Barros Sierra presenta su renuncia irrevocable a la Junta de Gobierno con la petición de que sea aceptada de inmediato.

Fundamenta esta decisión en que “…La autonomía ha sido violada” y porque no recibió notificación oficial de las ocupaciones militares ni antes ni después. Para él, “Los problemas de los jóvenes sólo pueden resolverse por la vía de la educación, jamás por la fuerza, la violencia o la corrupción”, es esta su norma de acción a seguir en la rectoría. Los ataques personales, calumnias e injurias y difamación de que ha sido objeto proceden de gentes menores, sin autoridad moral, quienes no entienden el conflicto ni han logrado solucionarlo decidieron señalar supuestos culpables, y, afirma que ya no puede servir a la Universidad, sino que resulta un obstáculo para ella.

Todas las voces universitarias piden a la Junta de Gobierno que NO ACEPTE la renuncia del rector, además de 300 intelectuales y artistas, incluso, de un diputado del PAN, que lamentó que la renuncia fuera inevitable por la intromisión del gobierno, y Raúl Cervantes Ahumada, con 38 años en el PRI, renunció a su militancia por “la actitud del partido y sus voceros frente al atentado cometido por el ejército contra la UNAM y los ataques vergonzosos contra el rector”.

No faltaron gentes menores que proclamaron lo benéfico de la renuncia, como José de las Fuentes, presidente de la Cámara; Luis M. Farías, “pastor” del PRI en la Cámara; Octavio A. Hernández, jefe de los diputados priistas del DF, que acusó de criminal a Barros Sierra y afirmó que “con la aprehensión de algunos cabecillas, la renuncia del rector y el rescate de los planteles el problema se acerca a su fin” y, por supuesto, no podía faltar Fidel Velázquez para quien “La renuncia puede facilitar la solución. El desalojo de CU fue saludable; la UNAM recobró su carácter de centro de enseñanza y dejó de serlo de agitación”.

Continúan las batallas iniciadas hace tres días contra los estudiantes en Zacatenco, donde los ataques policiacos han sido infructuosos hasta ahora. Cae la Voca 7. Los granaderos crean más pánico entre los habitantes de Tlatelolco. Persisten los ataques gansteriles y, por segunda vez, la Voca 5 fue balaceada con armas de alto poder desde un automóvil.

Las procuradurías consignan penalmente a 93 detenidos, se les acusa de varios de los delitos siguientes: incitación a la rebelión, asociación delictuosa, sedición, daño en propiedad ajena, ataques a las vías generales de comunicación, robo, despojo, destrucción violenta de vehículos del servicio público, lesiones, resistencia de particulares, secuestro “y los que resulten”. Entre los consignados están: Eli de Gortari, Manuel Marcué Pardiñas, Armando Castillejos, Adela Salazar, Rina Lazo y Francisco José Valero. Protesta en Bogotá. Un grupo de intelectuales y políticos colombianos protestan por la ocupación de la UNAM.

 

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