Silencio sobre el movimiento
La ciudad se encuentra en aparente calma. Las brigadas informativas de los jóvenes continúan en medio de la tensión y con grandes precauciones, pero han disminuido significativamente. Las plazas, los parques y mercados, parecen más vigilados que de costumbre. Con una vigilancia rigurosa en las cercanías de la Villa Olímpica se evita que los estudiantes entren en contacto con los deportistas para que no haya declaraciones al exterior.
Las interpelaciones y los arrestos continúan, aunque se hacen más discretamente.
No se les ha visto y se ignora el paradero de los miembros del CNH que permanecen libres. Los activistas se reúnen en casas particulares con enorme cautela.
En la prensa de este día no hay información acerca de Movimiento. Como hasta hoy para la radio y la televisión, se diría que para los periódicos no sucede nada que tenga que ver con la UNAM, el IPN, Tlatelolco, los presos, los interrogatorios, las consignaciones. Sólo en un diario de circulación nacional aparece breve constancia de que la represión continúa silenciosa. En el mismo diario es posible enterarse de que los padres de un miembro del CNH que también es maestro de física en el IPN, se dirigen al procurador para denunciar que su hijo fue detenido el 2 de octubre y llevado a la cárcel de Santa Marta de donde perdieron su rastro el día 4, y solicitan “la intervención de un juez de distrito para gestionar en vía de amparo que cese la incomunicación en que se mantiene a su hijo y de que se exija el respeto a su integridad física”.
Se informa que en Puebla, en algunos puntos estratégicos donde los estudiantes puedan realizar mítines el ejército permanece vigilante.