La expectativa del IV Informe de Gobierno
Después del extenso informe político del IV Informe de Gobierno, el presidente se refirió a la Olimpiada, informó que desde hace algunos meses se conoce la pretensión de estorbar los Juegos Olímpicos y que durante los recientes conflictos se advierten varias tendencias: la de quienes desean presionar al gobierno para que atienda peticiones, la de quienes intentan aprovecharlo con fines ideológicos y políticos y la de quienes se proponen sembrar el desorden para impedir la solución de los problemas con el fin de desprestigiar a México e impedir acaso los Juegos Olímpicos.
Le resta autenticidad al Movimiento en cuanto afirma que los lemas son una calca de los usados en otros países, las mismas pancartas, idénticas leyendas, etc., y expresa su confianza en que no se logrará impedir la realización de los Juegos.
Los recientes brotes violentos, agravados en afrenta soez, han mostrado oídos sordos a su convocatoria al diálogo, han respondido con calumnias, con insultos, con mezquindades, y asegura: “la injuria no me ofende; la calumnia no me llega; el odio no ha nacido en mí” e invita a unir voluntades para abordar los problemas con ánimo ponderado y espíritu de justicia.
Reafirma su respeto invariable a la autonomía de la UNAM y expresa su respeto a la autonomía académica del IPN y de todos los centros de enseñanza superior del país.
Afirma que en los recientes “disturbios” intervinieron manos no estudiantiles, pero en los que tomó parte buen número de estudiantes, muchos de estos actos constituyen delitos sancionados por el Código Penal.
La posición del gobierno en relación con algunas demandas de fondo político, adelanta, no haber recibido hasta la fecha, un solo escrito con peticiones concretas. Tampoco admite que existan presos políticos. Respecto a los artículos 145 (de disolución social) y 145 bis (delitos de carácter político) del Código Penal, precisa, que la derogación de una ley no corresponde al Ejecutivo.
Insiste en la conjura internacional. Atribuye las acciones porriles y de grupos de choque a los integrantes del Movimiento así como los daños y trastornos ocasionados a todo tipo de personas ajenas a este conflicto.
Afirma que la policía debe intervenir en todos los casos necesarios así como el ejército para el mantenimiento del orden interno.